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Tengo el mejor esposo del mundo.



Nos conocimos andando en bici, me conquistó su seguridad y detalles, un hombre inteligente, talentoso, amoroso, emprendedor, chistoso, bailarín y sobre todo buen amigo.

Decir que es “el mejor esposo del mundo” es una forma de decir que amo también sus defectos, no todos somos perfectos, amo cuando se enoja, cuando se pasa de perfeccionista, pero todas esas características me hacen aprender más de él, aprender de nuestros desaciertos y diferencias, a pedirnos perdón (aunque muchas veces sea difícil, pero hacerlo de corazón).

Un esposo, es ese novio eterno, a quienes nosotras las mujeres tenemos que guiarlo para que siempre prevalezca ese brillo y encanto del amor, nosotras que por lo general somos las más detallistas debemos enamorarlos también con nuestras sorpresas,  palabras, obsequios, así ellos nos querrán sorprender aún más.

Yo le pedí a Dios un hombre bueno y amoroso (gracias por escuchar mis oraciones), a veces pensamos que el hombre ideal no llegará a nuestras vidas, que nos estamos haciendo viejitas, que nos deja el tren, o tal vez hicimos algo mal anteriormente, la respuesta precisa no la tenemos, es el destino, decisiones, voluntad o las circunstancias de la vida, pero lo más hermoso de todo es que tenemos vida para seguir, esperanza para seguir pidiendo y tiempo para tal vez seguir esperando.

Desesperarse no es la mejor solución, disfrutar es la mejor opción, cada momento, salida, decisión, triunfo que nos llega recibirlo con la mejor energía.  

Y es así como yo llamo a mi esposo el mejor del mundo, porque llegó en el momento perfecto, llegó justo a tiempo, y lo mejor de todo llegó decido (un hombre seguro y decidido enamora). Con su sonrisa y sus ganas de hacerme feliz, lo hace todos los días, al verlo trabajar incansablemente por nuestros sueños, por sentir su apoyo en todas mis decisiones, por sus consejos tan acertados, su música, su amor, su alegría.

Gracias mi amor por tanto.
Empecé mi primer blog dedicado para él.
TE AMO

Mayte Zavala S.

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